En este taller experimental, el trabajo que realicé  junto a Blanca Bonet y Lucía Merlo, trata sobre herramientas tecnológicas en la comunicación y las barreras mentales entre lo individual/privado y lo colectivo/púbico:

Grabamos secretamente conversaciones de los demás participantes  durante los primeros días de la residencia en el espacio de trabajo (conversaciones en ingles y castellano). Estas fueron transcritas con un programa a texto, y con otro tradujimos las conversaciones en castellano al inglés y viceversa y las imprimimos, para finalmente colocarlas por el espacio común de trabajo y exposición: ahí empezó a funcionar la intervención como dispositivo social, a través del cual recibíamos reacciones de rechazo, indiferencia, interés o colaboración al intervenir nuestra instalación en lo que cada participante considera su espacio. Además, al reconocer sus propias conversaciones en los textos, hubo también diferentes reacciones (algunas personas veían invadida su intimidad y otras lo veían como una forma de interés hacia ellas y la convivencia).

En la exposición de resultados esto se complementó con un audio (el audio que grabamos en un principio fue transcrito a texto y re-transcrito a audio y re-traducido). Esto constituía otra forma de ocupar el espacio compartido con el material sonoro (tergiversado a través de programas de traducción y transcripción) del proceso de trabajo común.

Esta intervención tecnológica con transcriptores y demás programas pretende cuestionar/ironizar la supuesta facilitación de comunicación a través de la tecnología.

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